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El cálculo de la huella de carbono analiza todas las emisiones generadas a lo largo del ciclo de vida de un producto, incluyendo la extracción de materias primas, la producción, el transporte, el uso y la disposición.

Las metodologías más reconocidas son:

• Evaluación del Ciclo de Vida (LCA, por sus siglas en inglés)
• ISO 14067
• PAS 2050

Herramientas digitales como Dcycle simplifican el proceso, proporcionando información precisa y útil.

• ISO 14067 – Define la medición de la huella de carbono para productos.
• EPD (Declaración Ambiental de Producto) – Impacto ambiental basado en LCA.
• Cradle to Cradle (C2C) – Evalúa la sostenibilidad y la circularidad.
• LEED y BREEAM – Certificaciones para edificios sostenibles.

• Construcción – Altas emisiones provenientes del cemento y el acero.
• Textil – Intenso uso de agua y emisiones en la producción de fibras.
• Industria alimentaria – Impacto de la agricultura a gran escala y el transporte.
• Transporte – Dependencia de combustibles fósiles en vehículos y aviación.

• Usar materiales reciclados o de bajas emisiones.
• Optimizar los procesos de producción para reducir el consumo de energía.
• Cambiar a fuentes de energía renovables.
• Mejorar el transporte y la logística para reducir las emisiones.

Algunas estrategias requieren una inversión inicial, pero los beneficios a largo plazo superan los costos.

• La eficiencia energética reduce los gastos operativos.
• El reutilizo y reciclaje de materiales reduce los costos de adquisición.
• Las certificaciones de sostenibilidad abren nuevas oportunidades de negocio.

Invertir en la reducción de la huella de carbono no es solo una acción ambiental, es una estrategia empresarial inteligente.