La huella de carbono en los alimentos es un desafío clave para las empresas en mercados regulados, pero también una gran oportunidad para optimizar procesos y mejorar competitividad.
Pero, ¿realmente sabemos cuánto impactan nuestras elecciones diarias en las emisiones de gases de efecto invernadero?
Desde el cultivo, el transporte hasta el desperdicio, cada alimento deja su marca en el planeta.
La recopilación y gestión de datos ESG es clave para el cumplimiento de normativas como ISO 14067, PAS 2050 y CSRD, asegurando acceso a mercados regulados y mitigando riesgos financieros y operativos.
¿Cómo podemos medir y disminuir la huella de carbono de lo que comemos?
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Te explicamos qué factores influyen en estas emisiones y qué podemos hacer para reducirlas de forma sencilla y efectiva.
La huella de carbono en los alimentos es la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos a lo largo de su ciclo de vida.
Esto incluye la producción, transporte, almacenamiento, consumo y desperdicio.
No hay que confundir la huella de carbono de producto con la huella de carbono corporativa.
La primera mide las emisiones de un alimento específico, mientras que la segunda se centra en el impacto total de una empresa.
Algunos alimentos generan más emisiones que otros, lógico, ¿no?
Por ejemplo, la carne de res tiene una alta huella de carbono debido a la ganadería intensiva, mientras que las legumbres y los vegetales tienen un impacto mucho menor sobre el medioambiente.
Cada etapa del ciclo de vida de un producto genera información ESG esencial para la gestión de riesgos, la optimización de costos y el cumplimiento de normativas como CSRD, SBTi e ISO.
La medición precisa de estas métricas garantiza el acceso a mercados regulados y reduce riesgos financieros para las empresas.
El cumplimiento de normativas como ISO 14067, PAS 2050 y CSRD no solo evita sanciones, sino que también es clave para asegurar la viabilidad operativa y el acceso a mercados regulados y fuentes de financiación sostenibles.
La medición de métricas ESG no solo es obligatoria para cumplir normativas, sino que también mejora la eficiencia operativa y facilita el acceso a mercados estratégicos.
Hay varias formas de calcular la huella de carbono de un alimento:
Para hacer bien tu cálculo, tienes que incluir emisiones directas e indirectas. Es decir, que tengas en cuenta los procesos internos de fabricación y también las emisiones que producen el transporte o el producto al usarlo.
Por otra parte, las distancias recorridas y los medios que has utilizado para el transporte y la logística.
Y por último, el tipo de producción, ya que por ejemplo, no es lo mismo el impacto que produce la ganadería industrial en comparación a los cultivos ecológicos
Hoy en día, contamos con soluciones tecnológicas como Dcycle, que facilitan el cálculo de la huella.
De esta forma puedes identificar de forma fácil y sencilla, en cualquiera de las fases de la creación de tu producto, donde debes aplicar y poner foco para reducir las emisiones.
¿Cómo aplicar estas soluciones en la industria alimentaria? La clave está en medir, analizar y actuar.
Te guiamos paso a paso: agenda una demostración.
La integración de métricas ESG en la industria alimentaria permite optimizar costos, cumplir con regulaciones y garantizar la continuidad operativa en mercados regulados.
¿Cómo y por qué ocurre esto? Vamos a verlo:
Las regulaciones en materia de ESG son un requisito obligatorio para acceder a mercados estratégicos, evitar sanciones y garantizar la estabilidad operativa en un entorno cada vez más regulado.
Normas como ISO 14067 y PAS 2050 establecen criterios obligatorios para la medición y reporte de métricas ESG, garantizando el cumplimiento normativo en mercados regulados.
El cumplimiento normativo ESG no solo minimiza riesgos legales, sino que también habilita incentivos financieros, mejora la percepción de inversores y refuerza la estabilidad en mercados globales.
Los mercados regulados exigen proveedores con métricas ESG verificables, lo que convierte su implementación en un requisito imprescindible para operar en la cadena de suministro global.
La gestión eficiente de métricas ESG mejora la trazabilidad operativa, optimiza costos y asegura el cumplimiento de requisitos en mercados estratégicos.
La optimización de procesos productivos y logísticos basada en métricas ESG permite reducir costos operativos, mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y garantizar el cumplimiento de estándares de mercado.
Esto no solo beneficia al negocio, sino que también mejora la eficiencia en toda la cadena de suministro.
Las empresas que gestionan sus métricas ESG con precisión garantizan acceso a mercados internacionales, evitando restricciones regulatorias y optimizando su competitividad global.
Grandes distribuidores y cadenas de supermercados priorizan proveedores con bajas emisiones de carbono.
Además, muchas empresas que cotizan en bolsa están empezando a exigir métricas ESG claras a sus proveedores, lo que refuerza la necesidad de contar con datos fiables y actualizados.
Además, las licitaciones públicas y acuerdos comerciales incluyen cada vez más criterios ambientales como requisito de participación.
La integración de métricas ESG debe ser progresiva y basada en objetivos estratégicos medibles para garantizar su efectividad operativa y financiera.
Quizás después de haber leído este artículo surjan dudas como, ¿cuáles son los primeros pasos?
No te preocupes, aquí tienes una sencilla guía en 5 pasos:
Cada empresa debe identificar las áreas críticas en sus métricas ESG para evitar incumplimientos normativos y optimizar su eficiencia operativa.
Soluciones como el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), PAS 2050 o ISO 14067 permiten medir la huella de carbono con precisión.
Soluciones como Dcycle simplifican la recopilación y análisis de datos, facilitando la toma de decisiones estratégicas.
Fijar metas realistas y medibles para reducir las emisiones de forma progresiva.
La gestión de métricas ESG requiere monitoreo continuo para cumplir con normativas en evolución y mantener la competitividad en el mercado.
Nuestro equipo está listo para ayudarte, agenda una demostración.
Carbon footprint calculation analyzes all emissions generated throughout a product’s life cycle, including raw material extraction, production, transportation, usage, and disposal.
The most recognized methodologies are:
Digital tools like Dcycle simplify the process, providing accurate and actionable insights.
Some strategies require initial investment, but long-term benefits outweigh costs.
Investing in carbon reduction is not just an environmental action, it’s a smart business strategy.