El mundo empresarial está cambiando. Lo que hace unos años era opcional, demostrar tu compromiso con el medio ambiente, con las personas y con una gestión ética, hoy se está convirtiendo en una exigencia.
No solo por las regulaciones que vienen desde Europa, sino también porque clientes, proveedores, entidades financieras y hasta los propios trabajadores quieren saber más:
¿Qué hace tu empresa por el planeta? ¿Cómo trata a las personas? ¿Tiene una estrategia clara para el futuro?
Hasta hace poco, las pequeñas empresas quedaban fuera de este debate. La sostenibilidad parecía cosa de multinacionales. Pero eso ha cambiado.
Hoy las pymes también pueden (y deben) comunicar lo que hacen. Y lo pueden hacer con un marco sencillo, accesible y pensado a su medida: la norma VSME.
VSME son las siglas de Voluntary Sustainability Standard for Micro Enterprises and SMEs. Es decir, un estándar voluntario de sostenibilidad para microempresas y pequeñas y medianas empresas.
Lo ha desarrollado EFRAG, el organismo europeo encargado de definir cómo deben reportar las empresas sobre sostenibilidad, y es una versión simplificada y adaptada del marco CSRD.
¿La diferencia principal? Que no es obligatorio y que no está pensado para grandes empresas cotizadas. El objetivo es permitir que cualquier pyme, independientemente de su sector o tamaño, pueda elaborar un informe de sostenibilidad claro, proporcional y útil.
La norma incluye preguntas, indicadores y bloques temáticos. Pero también deja margen de flexibilidad para que cada empresa hable desde su propia realidad.
Hay muchas razones por las que una PYME podría plantearse hacer su primer informe VSME:
Para ilustrar cómo puede estructurarse un informe VSME, vamos a seguir el caso ficticio de Ejemplo Sostenible S.L., una empresa textil con sede en España.
Con más de una década de actividad y una plantilla consolidada, ha decidido ordenar y comunicar su compromiso con la sostenibilidad.
No porque tenga una obligación legal, sino porque cree que es el momento de dar ese paso.
La norma divide el contenido en bloques temáticos. No es obligatorio seguir todos ni usar términos técnicos.
Pero sí se recomienda responder, de forma clara, a ciertas preguntas clave. Estas son algunas de ellas:
Todo informe debe empezar explicando quién es la empresa: a qué se dedica, en qué sector opera, cuál es su historia, cómo está organizada, dónde tiene su sede, cuántas personas trabajan en ella, y cuál es su volumen aproximado de actividad.
No hace falta compartir cifras confidenciales, pero sí dar contexto.
Este apartado también puede incluir una breve visión de la empresa sobre la sostenibilidad: por qué es importante para su modelo de negocio, cómo encaja en su cultura y qué quiere lograr a medio plazo.
Aquí es donde la empresa explica sus principios y políticas internas en materia de sostenibilidad. Puede incluir:
En el caso de Ejemplo Sostenible S.L., su compromiso está enfocado en reducir su huella ambiental, fomentar un entorno de trabajo justo y mantener relaciones éticas con sus proveedores.
Un buen informe no se queda solo en los compromisos. Es importante contar lo que ya se está haciendo:
En el caso de nuestra empresa ficticia, se mencionan algunas decisiones concretas como cambiar maquinaria para reducir el consumo, implantar un sistema de reciclaje interno o formar al equipo en prácticas sostenibles.
La sostenibilidad es un camino, no un destino. Por eso, la norma VSME también pide hablar del futuro. ¿Qué se quiere mejorar? ¿Qué metas se han definido?
Algunos ejemplos:
Lo importante aquí no es prometer lo imposible, sino mostrar voluntad de avanzar con pasos concretos y realistas.
Aunque no se exigen cifras exactas, sí se recomienda incluir datos ambientales relevantes. Por ejemplo:
Este bloque ayuda a mostrar, de forma tangible, cuál es el impacto ambiental de la empresa y cómo se está gestionando.
Además del medio ambiente, hay que hablar de las personas. Algunas cuestiones clave:
Ejemplo Sostenible, por ejemplo, destaca que la totalidad de su equipo ha recibido formación en sostenibilidad y que se aplican medidas para prevenir accidentes laborales.
Aquí se aborda la parte de gobernanza: cómo se toman decisiones, qué valores se promueven, y qué mecanismos existen para prevenir malas prácticas.
No hace falta ser una gran corporación para tener una estructura ética básica.
De hecho, muchas pequeñas empresas ya lo aplican de forma informal. Este bloque simplemente lo ordena y lo visibiliza.
Una pyme no actúa sola. Por eso, la VSME anima a mirar también hacia proveedores y socios. Algunas acciones posibles:
Ejemplo Sostenible, por ejemplo, ha comenzado a trabajar con su red de proveedores para asegurar que todos compartan un estándar mínimo.
No se trata solo de cumplir, sino de escuchar. Un informe VSME también puede incluir cómo se conversa con los principales grupos de interés:
Una pyme no necesita hacer grandes foros. A veces, basta con reuniones periódicas, encuestas anónimas o una sección de contacto activa en la web.
Para cerrar, muchas empresas incluyen una reflexión final:
En el caso de Ejemplo Sostenible, se habla del reto que supone medir el impacto indirecto de toda la cadena, pero también del potencial de la economía circular o de la ventaja competitiva que da ser una empresa sostenible en un sector tradicional.
El informe VSME no es un documento para guardar en un cajón. Se puede:
Además, al ser una norma voluntaria, se puede adaptar año a año, mejorando su formato y profundizando en nuevos temas. No se trata de hacerlo perfecto desde el principio, sino de empezar.
La sostenibilidad ya no es un lujo. Es una herramienta para competir, para atraer talento, para diferenciarse y para garantizar la continuidad a largo plazo.
Con el marco VSME, cualquier pyme puede dar ese primer paso sin complicarse la vida.
No necesitas ser una gran empresa para tener un gran compromiso. Solo necesitas voluntad, algo de orden, y empezar a contarlo bien.
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Some strategies require initial investment, but long-term benefits outweigh costs.
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