La huella de carbono de los materiales de construcción es clave en tu impacto ambiental global.
Cuando decimos esto, nos referimos a la cantidad de CO₂ y otros gases de efecto invernadero que generamos a lo largo de su ciclo de vida: desde la extracción de materias primas hasta que se utilizan, cada etapa tiene un impacto.
¿Por qué importa tanto?
La construcción es una de las industrias más contaminantes, con un alto consumo de cemento, acero y otros materiales que necesitan mucha energía.
Reducir su huella de carbono no solo ayuda al medio ambiente, sino que también hace que el sector sea más eficiente y competitivo. ¿Por qué?
Te explicamos el porqué, cómo medir la huella de carbono de los materiales de construcción, qué estrategias podemos aplicar para reducirla y cómo una solución digital y un equipo de expertos puede facilitar la gestión.
La huella de carbono en la construcción calcula la cantidad de CO₂ y otros gases de efecto invernadero generados en el ciclo de vida de los materiales.
Esto incluye su extracción, fabricación, transporte, uso y la gestión de los residuos al terminar su vida útil.
No hay que confundirla por ejemplo, con la huella de carbono de un edificio completo, que tendría en cuenta las emisiones de todas las operaciones.
Aquí nos enfocamos en los materiales: ¿cuáles tienen más impacto y cuáles son más sostenibles?
Por dar algún ejemplo, el cemento y el acero tienen una huella de carbono alta porque su producción consume mucha energía. En cambio, la madera certificada es una alternativa más sostenible, siempre y cuando venga de fuentes responsables.
Cada material de construcción tiene un impacto ambiental que podríamos reducir si lo medimos.
Esto nos ayuda a tomar mejores decisiones y alinearnos con normativas como ISO 14067 y PAS 2050.
Además, las empresas que miden tienen ventajas competitivas.
¿De qué ventajas hablamos? Reducen costes, mejoran su imagen y entran en mercados que priorizan la sostenibilidad.
El cemento es responsable del 8% de las emisiones globales de CO₂.
Existen opciones como el uso de cementos con adiciones puzolánicas o materiales reciclados pueden marcar la diferencia.
Su producción contamina mucho, pero el acero reciclado baja el uso de materias primas vírgenes y eso hace que también baje la demanda energética.
Si viene de bosques gestionados de forma sostenible (es decir, con las certificaciones FSC y PEFC), podemos encontrar una opción renovable con menor huella de carbono.
Su impacto depende de su origen y capacidad de reciclaje.
Alternativas como bioplásticos o materiales reciclados pueden ser más sostenibles que el plástico virgen,que es el que se crea a partir de combustibles fósiles.
Para medir la huella de carbono de los materiales de construcción, hay varias metodologías, pero las más conocidas pueden ser los Análisis de Ciclo de Vida (ACV), la PAS 2050 y la ISO 14067.
Estas formas de medir la huella hacen que se puedan calcular las emisiones que se producen en cada etapa del ciclo de vida del material, desde que se crean hasta que se eliminan.
No solo importa la fabricación del material, también importa su transporte, instalación y uso.
Por eso, es clave distinguir entre emisiones directas e indirectas para tenerr una medición real.
Una solución digital simplifica el cálculo de la huella de carbono.
Dcycle es la solución digital con guía de expertos que facilita la medición, usando bases de datos ambientales oficiales y los datos primarios que tenga vuestra empresa. Dando como resultado datos precisos que ayudan a reducir el impacto ambiental en cada proyecto.
Reducir la huella de carbono en la construcción no solo es una necesidad ambiental, sino también una ventaja competitiva.
¿Cómo hacerlo? Aquí van cuatro estrategias clave:
¿Parece lógico no? Pues muchas empresas aún no lo hacen. Intenta utilizar materiales reciclados, de baja emisión o con certificaciones ambientales, así podrás reducir tu huella.
Por ejemplo, puedes usar hormigón con cenizas volantes en lugar de cemento común.
Un diseño eficiente reduce la cantidad de materiales intensivos en carbono.
Métodos como la construcción modular y el diseño pasivo minimiza desperdicios y mejoran la eficiencia energética.
Las empresas que utilizan electricidad de fuentes limpias, como por ejemplo la solar o la eólicar mejoran su huella de carbono en la fabricación de materiales.
Por ejemplo, en la producción de aluminio, el uso de energía hidroeléctrica ha bajado muchísimo el impacto ambiental.
El fin de vida de un material no significa que ya no sirva.
Reciclar y reutilizar evita la extracción de nuevas materias primas y reduce residuos.
Por ejemplo, el acero reciclado mantiene la calidad y baja la demanda de producción nueva, lo que hace que también disminuya el consumo energético y las emisiones de CO₂.
Aplicar estrategias para reducir la huella de carbono no solo ayuda al medioambiente, también supone ventajas concretas para las empresas y el sector.
Sabemos que las regulaciones ambientales son cada vez más exigentes, pero, reducir las emisiones facilita el cumplimiento de normativas como ISO 14067 y PAS 2050, evitando multas y sanciones y abriendo puertas a nuevos mercados.
Las empresas que apuestan por la sostenibilidad crean confianza entre clientes, inversores y colaboradores.
Un compromiso real con la reducción de emisiones mejora la imagen de marca y aporta valor diferencial.
Podrás disminuir costes operativos.
Si apuestas por la eficiencia energética y materiales sostenibles ahorrarás significativamente a medio y largo plazo.
Por ejemplo, puedes utilizar cementos con adiciones recicladas para reducir tanto emisiones como costes de producción sin comprometer la calidad.
La construcción es uno de los sectores que más daño hacen al medioambiente.
Aplicar estrategias de reducción de huella de carbono contribuye directamente a frenar el cambio climático y cumplir con objetivos de sostenibilidad globales.
Con la solución adecuada, podemos transformar la forma en que diseñamos nuestros productos.
Reducir la huella de carbono en la construcción no es un camino fácil. Existen retos económicos, operativos y de conciencia ambiental que dificultan el proceso.
Pero, ¿cuáles son los principales problemas que te puedes encontrar y cómo superarlos?
La inversión en materiales sostenibles y tecnologías eficientes es elevada al principio.
Sin embargo, a largo plazo, este dinero se compensa con ahorro en energía, reducción de residuos y cumplimiento normativo.
Por ejemplo, empresas que han elegido cementos con adiciones recicladas han reducido sus emisiones y sus costes de producción.
Garantizar que los materiales utilizados sean realmente sostenibles necesita trazabilidad y proveedores que promuevan estos valores.
La clave está en medir el impacto de toda la cadena y pedir certificaciones ambientales.
Para ser más concretos, te ponemos un ejemplo: El uso de madera certificada FSC o PEFC garantiza que viene de fuentes responsables y no de deforestación masiva.
Muchas empresas aún ven la sostenibilidad como un gasto en lugar de una inversión.
Hay que fomentar una cultura empresarial que entienda que reducir la huella de carbono mejora la competitividad y abre nuevas oportunidades de negocio.
En Dcycle, creemos que medir la huella de carbono es el primer paso hacia un cambio real. No se trata solo de reducir emisiones, sino de hacer la industria más eficiente y competitiva.
Aunque se trate de mejorar el impacto en nuestro planeta, indirectamente estarás favoreciendo a tu bolsillo.
Por ejemplo, en el sector textil, muchas marcas han apostado por materiales reciclados y procesos de bajo impacto, logrando reducir costes y mejorar su posicionamiento.
Este mismo enfoque puede aplicarse en la construcción.
Para integrar la medición de la huella de carbono en una empresa, hay que seguir un proceso estructurado.
Las empresas que empiezan a medir hoy están un paso adelante en el mercado.
Para calcular la huella de carbono de un producto, debemos analizar todas las emisiones generadas a lo largo de su ciclo de vida. Esto incluye la extracción de materias primas, producción, transporte, uso y disposición final.
Las metodologías más utilizadas son el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), la norma ISO 14067 y la PAS 2050. Además, herramientas digitales, como Dcycle, facilitan el cálculo de manera más sencilla y precisa.
Existen diferentes certificaciones que garantizan la sostenibilidad de un producto. Algunas de las más reconocidas son:
Las industrias con mayor impacto ambiental incluyen:
Transporte: Emisiones de combustibles fósiles en vehículos y aviones.
Reducir la huella de carbono requiere acciones en cada etapa del ciclo de vida del producto. Algunas estrategias clave incluyen:
Uso de materiales reciclados o de baja emisión.
Si bien algunas estrategias requieren una inversión inicial, los beneficios a largo plazo compensan los costes.
Reducir la huella de carbono mejora la eficiencia energética, reduce desperdicios y optimiza recursos, lo que se traduce en ahorros económicos y ventajas competitivas.
Además, acceder a certificaciones sostenibles puede abrir nuevas oportunidades de negocio y mejorar la reputación de la empresa.
Carbon footprint calculation analyzes all emissions generated throughout a product’s life cycle, including raw material extraction, production, transportation, usage, and disposal.
The most recognized methodologies are:
Digital tools like Dcycle simplify the process, providing accurate and actionable insights.
Some strategies require initial investment, but long-term benefits outweigh costs.
Investing in carbon reduction is not just an environmental action, it’s a smart business strategy.